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Edra Soto en su propia piel

La artista Edra Soto comparte en esta entrevista la manera en que la arquitectura doméstica de Puerto Rico, su proceso migratorio y la clase trabajadora la han inspirado en su trayectoria artística


Edra Soto (Foto: Gabriel López-Albarrán)
Edra Soto (Foto: Gabriel López-Albarrán)

La artista puertorriqueña Edra Soto tiene una sonrisa y una mirada que abrigan como un hogar. Su timidez se cuela en cada gesto, así como su calidez humana. Cada una de esas características que la distinguen como persona también se perciben en su obra, la cual se caracteriza por un alto sentido de comunidad, además de por una gran atención al detalle. 


El trabajo de Soto más que una obra individual, es un trabajo colectivo que se completa y se nutre constantemente con la interacción del otro/a/e. Es una obra que invita a ser intervenida, habitada. 


Por eso no sorprende que sea su hogar de infancia en Cupey, el lugar escogido por la artista para sentarse a conversar con Plástica acerca de su trayectoria, de su obra y de ese interés en hacer comunidad. Este hogar –en el que vivió durante 25 años– ha sido inspiración para ella de muchas maneras. Aquí vivieron sus padres, quienes sin saberlo, la acercaron al mundo del arte, ya que ambos hacían manualidades y tenían un negocio de artesanías en cerámica del que quedan vestigios en el hogar.  


“Me desarrollé y me crié en un ambiente muy de clase media, de clase pobre y media y para mí es importante crear un trabajo que no solamente celebre, sino que le dé una posición en el mundo a la clase trabajadora en general” – Edra Soto

“Hay una historia de cerámica en la casa que influencia un poco lo que estoy haciendo ahora mismo… Pero algo así como artes visuales, pues realmente fue algo que aprendí en la Escuela de Artes Plásticas. El arte fue algo que me ayudó mucho a desarrollarme porque era una persona bastante tímida”, narra una mañana desde este hogar, mientras nos muestra algunas de esas figuritas en cerámica que dejaron sus padres, ambos fallecidos. 


“Hay una colección de piezas de barro que no están quemadas, algunas sí y otras no, y pienso que algún día yo quiero mostrar ese trabajo como parte de una instalación que haga porque es como el momento que quedó de ese pasado, de esa intención. Son figuritas de diferentes épocas, de diferentes partes del mundo, de diferentes referencias históricas. Son piezas que quizás no tienen sentido, pero tienen sentido para mí, tienen sentido aquí, en lo que significa Puerto Rico para mí”, afirma. 


Aunque se fue de este archipiélago a los 26 años para continuar estudios graduados en arte y ha vivido gran parte de su vida adulta en la ciudad de Chicago, la obra de Edra Soto ha sido inspirada por Puerto Rico y su proceso migratorio. 


Su serie Graft –que inició hace alrededor de una década y sigue expandiéndose y evolucionando–es un claro ejemplo de cómo Soto ha sabido trasladar sus afectos, construyéndole un hogar propio. Tomando como inspiración las rejas y bloques ornamentales, tan comunes en las casas de clase media puertorriqueña, la artista ha desarrollado una serie de piezas e instalaciones con las que invita a reflexionar sobre temas como el desplazamiento, la seguridad, la representación y la pertenencia. 

(Foto: Gabriel López-Albarrán)
(Foto: Gabriel López-Albarrán)
(Fotos: Gabriel López-Albarrán)

“Para mí Graft es una manera de representar mi migración. La palabra graft como tal es un tipo de trasplante médico, es un tipo de trasplante de piel, y yo estaba asociando esos motivos con mi manera de habitar un espacio, y la manera en que el proyecto se manifestó fue mediante estas intervenciones arquitectónicas en donde cualquier espacio, una casa, un estudio, una biblioteca... (podía transformarse). Si había ventanas en el espacio, pues yo hacía una intervención recreando algunos de esos motivos que siempre vienen de aquí, de Puerto Rico. Por eso mucho de ese trabajo nunca se presentó aquí porque son cosas que existen aquí, y que también están apuntando o señalando el valor cultural de los motivos que viven en las casas de los trabajadores puertorriqueños”, agrega. 

Celebrar y honrar esa clase trabajadora, ha sido otro de los propósitos de Edra Soto con esta serie y otras que ha realizado a lo largo de su trayectoria. “Me desarrollé y me crié en un ambiente muy de clase media, de clase pobre y media y para mí es importante crear un trabajo que no solamente celebre, sino que le dé una posición en el mundo a la clase trabajadora en general. Por eso, mi manera de llegar al público es creando un trabajo donde el público sienta que pueda acercarse, que se sienta invitado”, comparte. 


Eso es parte de lo que han vivido miles de personas que han interactuando con su reciente instalación Graft en Central Park en Nueva York, que representa un hito importante al ser la primera artista puertorriqueña en tener una pieza de arte público en este espacio. 


(Foto: Gabriel López-Albarrán)
(Foto: Gabriel López-Albarrán)

A través de esta intervención escultórica, Soto crea espacios de comunidad e interacción, invitando al público a participar y reflexionar sobre temas de identidad, pertenencia y el valor de la cultura popular. Para esta pieza, tomó prestado un diseño de rejas de una de las casas de su barrio en Cupey –como lo hizo con su pieza del Whitney Museum–, transformándolo hasta convertirlo en una escultura/ pieza arquitectónica donde se juega con el adentro/afuera en un espacio público. También construyó varias mesas parecidas a las que hay en los parques públicos y comunitarios de Puerto Rico, para que las personas se pudieran sentar e interactuar. 


“Este trabajo crea un contraste de inmediato entre la arquitectura doméstica versus el ambiente y la arquitectura de Nueva York. Es como tener una oportunidad de crear un tipo de monumento para la clase trabajadora”, afirma. 

Graft estará en exhibición en Central Park hasta el 24 de agosto de 2025, pero hay una posibilidad de que la obra se quede como una pieza permanente, debido a la gran acogida que ha tenido entre el público. 


“Es un honor tener un trabajo como éste en Central Park, sobre todo, cuando estoy tratando de hablar y de expresar algo sobre la condición migratoria. Hay una comunidad de inmigrantes bastante extensa en esa plaza y me enorgullece mucho tener la oportunidad de tener este trabajo allí y que sirva como un espacio de encuentro”, expresa con una sonrisa de satisfacción.




Mariela Fullana Acosta (San Juan) es periodista y editora puertorriqueña. Ha laborado para diversos periódicos y medios de comunicación. Su trabajo se ha centrado en la cobertura de temas culturales. Es egresada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y recipiente de la Beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural (2016) que otorga la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. Cuenta con estudios de la Universidad Complutense de Madrid y una maestría en Medios y Cultura Contemporánea de la Universidad del Sagrado Corazón. Su trabajo periodístico ha sido reconocido por la Asociación de Periodistas de Puerto Rico y el Overseas Press Club. En el ámbito académico ha investigado sobre el archivo del performance artístico en Puerto Rico en la década del 90 y ha dictado cursos sobre comunicación e historia de las artes en Puerto Rico en la Universidad del Sagrado Corazón.

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