Laura Galbán: visión y pasión por el arte contemporáneo puertorriqueño
- Amalia García Padilla
- hace 4 días
- 3 Min. de lectura
Amalia García Padilla conversa con la marchante e historiadora del arte puertorriqueña sobre su trayectoria, su oficio y las realidades a las que se enfrenta el mundo del arte
A lo largo de los años he tenido la oportunidad de entrevistar a dos maravillosas marchantes. La primera, la también galerista Maud Duquella, de quien nos escribe en este número el curador y gestor cultural José David Miranda. La segunda, es la marchante e historiadora del arte que nos enorgullece poder entrevistar aquí a través del lente de Gabriel López Albarrán, fotógrafo y editor de este audiovisual.
Por lo general, lo primero que nos viene a la mente cuando se habla de la profesión de marchante de arte son sus aspectos comerciales. Nos hace pensar en relaciones contractuales, en la compraventa de arte y en la persona que se ocupa de esas transacciones a nombre de lxs artistas que representa. Y esta es una percepción bastante acertada, pero no se trata solo de eso. Lxs marchantes de arte deben conocer a profundidad sobre los contextos, las tendencias y el valor del arte más allá de factores económicos. No es tarea sencilla, requiere también una buena base en historia del arte y experiencia en la gestión cultural, además de genuinamente ocuparse, conocer y entender con empatía el mundo del artista, del público y de los potenciales compradores y coleccionistas. Es decir, hay que tener la cabeza muy bien puesta, mucha sensibilidad, flexibilidad, amplitud de mirada y, ciertamente, hay que tener “don de gentes”.

Y ese es un retrato que describe muy fielmente también a Laura Galbán, nuestra entrevistada para esta edición, dedicada a mujeres en las artes. Nacida en Puerto Rico, de madre puertorriqueña y padre cubano, Laura se cría en la España de los 1980 y ya de joven adulta vive en ciudades emblemáticas como Nueva York, Londres, Madrid y Florida, siempre expuesta al arte en general y en contacto con su país natal y con su cultura y familia en Puerto Rico.
“Por lo general, lo primero que nos viene a la mente cuando se habla de la profesión de marchante de arte son sus aspectos comerciales. Nos hace pensar en relaciones contractuales, en la compraventa de arte y en la persona que se ocupa de esas transacciones a nombre de lxs artistas que representa. Y esta es una percepción bastante acertada, pero no se trata solo de eso” – Amalia García Padilla

Laura nos contesta preguntas sobre sus orígenes multiculturales y el porqué se considera puertorriqueña ante todo. Hablamos sobre algunas de las influencias que la marcaron y que inspiraron la ruta que ha ido definiendo su profesión, que la hizo tomar un giro hacia la representación exclusiva de artistas contemporáneos puertorriqueños como Rafael Trelles, Aby Ruiz, Roberto Silva, Jaime Suárez, Dhara Rivera, Annex Burgos, Carmelo Fontánez, Marta Pérez García, Andrés Rodríguez Santos, Elsa María Meléndez y más recientemente, Cristina Córdova. Nos enfatiza la importancia de las publicaciones impresas para dar a conocer la obra de los artistas, labor que realiza a través de su proyecto de promoción de artistas, l’Artban. Sin embargo, su trayectoria no deja de ser retante, nos habla también de las realidades a las que se enfrenta el mundo del arte y comparte con nosotros su mirada al futuro, a mediano y largo plazo.

Sobre la autora: Amalia García Padilla es coordinadora del programa de experiencias culturales y del Centro de Documentación de la Liga de Arte de San Juan y labora como asistente editorial de la revista Plástica producida por esta institución. Ha trabajado en áreas de gestión cultural, editorial y comunitaria y se ha desempeñado en la producción audiovisual. Fue coproductora y directora de la serie biográfica documental Prohibido Olvidar, un proyecto de la entonces Facultad de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico y de WIPR. Algunos de sus trabajos forman parte de las exposiciones permanentes del proyecto cultural Casita Verde Abelardo Díaz Alfaro en Caguas, la Galería de los Gigantes de Carolina, del Museo de Las Américas en el Viejo San Juan y del canal de YouTube de WIPR que contiene episodios de la serie Prohibido Olvidar.