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Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño: donde la gráfica encuentra comunidad

Desde el 2003, este colectivo de artistas, compuesto principalmente por mujeres, ha tejido una comunidad intergeneracional comprometida con la gráfica, el trabajo colaborativo y la educación popular


Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño lleva dos décadas haciendo comunidad (Foto suministrada por el autor)
Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño lleva dos décadas haciendo comunidad (Foto suministrada por el autor)

Las palabras suelen quedarse cortas ante los hechos, pero cuando estos son constantes trascienden los senderos. Cuando uno emprende una caminata sin prisa, con ánimo de disfrute, se abre a nuevas rutas, a la sorpresa compartida, al encuentro con amistades que enriquecen el andar y te nutren de bellas experiencias. 


Ese ha sido el recorrido del colectivo Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño que ha hecho, como dice el poeta Antonio Machado, camino al andar. Durante los pasados 22 años, y con una pasión autogestionada, sus fundadoras —Ada Rosa Rivera, Migdalia Umpierre y Yolanda Velázquez—, han sostenido este proyecto colectivo con firmeza, cultivando como fuerza vital la unidad y la cooperación. El paso del tiempo no ha hecho merma en el grupo, sino todo lo contrario, ha sumado adeptos entusiastas movidos por la bondad del grabado. 


Yolanda Velázquez, Migdalia Umpierre y Ada Rosa Rivera han sostenido este proyecto colectivo durante los pasados 22 años. (Foto suministrada por el autor)
Yolanda Velázquez, Migdalia Umpierre y Ada Rosa Rivera con Juan Valladares de Atelier Contrepoint en Francia quien las motivó para crear la primera Jornada en 2003. Ellas han sostenido este proyecto colectivo durante los pasados 22 años. (Foto suministrada por el autor)

Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño no surgieron como un proyecto institucional atado a métricas o a fondos que se reparten a cuentagotas. Se formó como los artistas lo hacen: con deseos de compartir, aprender y conocer la creatividad de otros colegas. En un tiempo donde lo individual se impone —alimentado por las herramientas tecnológicas que promueven el “hágalo usted mismo”—, este colectivo ha priorizado el encuentro, el diálogo y la colaboración por medio del oficio. Reiteradas veces se ha escrito de la bondad de los talleres de grabado, donde se comparten ideas y técnicas sin celo alguno. Esta cualidad es intrínseca de su propia naturaleza, pues es necesaria la colaboración para poder imprimir cientos de carteles o folletos de difusión educativa, como lo hiciera la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO) en los años 50 's. Los talleres de grabado son espacios de encuentro, de conversación, de integración, que nos hacen sentir parte de una comunidad.


Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño se formaron con el deseo de los artistas de compartir, aprender y conocer la creatividad de otros colegas. (Foto suministrada por el autor)
Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño se formaron con el deseo de los artistas de compartir, aprender y conocer la creatividad de otros colegas. (Foto suministrada por el autor)

Frente al auge de las redes sociales, que intentan crear comunidad a golpe de estímulos inagotables, el taller de grabado ofrece una experiencia distinta. Allí se devuelven sonrisas después de ayudarte a imprimir, se comparte la emoción al ver el proceso terminado, se aprecia el consejo del colega cuando no sabías si seguir con la gubia o cortar el pedazo, y se viven muchas otras experiencias reales. Esa camaradería solo se logra trabajando en equipo. De esa energía se alimenta el artista. 


Pero la función del arte se ha relegado a la plusvalía económica que deviene de publicidad y prestigio. En redes sociales, ¡más likes! Pero algo queda incompleto. Como los objetos detrás de una vitrina plana y sin textura, que no podemos tocar, solo desear. Sumergidos en la comunicación inmediata apretando el botón o deslizando el dedo sobre la lisa pantalla, no paramos de ver imágenes una tras otra, sin pensar ni sentir.


Hago mucho énfasis en todo este fenómeno adictivo del consumo de imágenes para destacar la visión, o mejor dicho, la misión clara que llevan gestando Las Jornadas. Han sido años de abrir los brazos para completar la experiencia del arte de manera más humana. Este modo de entender el arte, y en este caso el grabado, es una filosofía heredada, transmitida, por los maestros/maestras de las mujeres de este colectivo, que florece cada enero con su exposición anual en Plaza Las Américas, justo antes de las “arrebatadas” Fiestas de la Calle San Sebastián. Y sí, digo arrebatadas en su doble sentido, pues en sus inicios las artes visuales fueron uno de sus principales atractivos.


Cada enero, Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño realiza una exposición anual en el centro comercial Plaza Las Américas. (Foto suministrada por el autor)
Cada enero, Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño realiza una exposición anual en el centro comercial Plaza Las Américas. (Foto suministrada por el autor)

Un legado que se multiplica

 

La primera edición de Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño, celebrada en 2006, estuvo dedicada al padre de la gráfica puertorriqueña, el maestro Lorenzo Homar. Al año siguiente, se honró al maestro José Alicea, quien sigue asistiendo y participando activamente en las actividades del colectivo, al que ha apoyado como un querido padre de familia. En 2008, el homenaje fue para la maestra Myrna Báez, figura clave entre las mujeres artistas y grabadoras de Puerto Rico. Durante el evento, presentó su biografía junto a su autora, la curadora y artista Margarita Fernández Zavala. En años posteriores, también se ha reconocido a Rafael Tufiño, Antonio Torres Martinó, Antonio “Tony” Maldonado, Susana Herrero, Consuelo Gotay, María Emilia Somoza y Antonio Martorell, entre otras figuras de la vieja guardia.


Cabe señalar que estas dedicatorias no responden a intereses políticos ni a peritajes externos. No hay una autoridad crítica que, desde su sapiencia, determine quién merece tal distinción. Es el propio gremio quien elige y honra a sus figuras, como lo hacía el Taller de Gráfica Popular en el México de la década de 1930: entre pares, con vocación y compromiso. Así ha crecido esta familia artística, incorporando a nuevas generaciones que encuentran en el grabado una comunidad y una identidad compartida.


“Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño son el batón de continuidad que no quiso renunciar a esa tradición gráfica lograda con tanto orgullo, cumpliendo siempre con esa misión educativa de compromiso con el pueblo de Puerto Rico legada por la DIVEDCO y sus maestros” - Baruch Vergara

Las Jornadas han conjuntado esfuerzos como una gran familia que sigue creciendo con nuevos miembros, con jóvenes entusiastas que encuentran comunidad y lazos de identidad. En las asambleas o comunicados internos se invita abiertamente a participar de exposiciones, talleres, charlas, ferias, concursos o congresos y demás eventos relacionados con el grabado. No hay censura sino solidaridad; los egos se suprimen por la unidad de los proyectos. Esta solidaridad los hace más seguros y menos pretenciosos. Se apoyan y comulgan con el fracaso, la censura y los intereses de la sociedad. 


Muchos jóvenes artistas pierden de vista esto hoy en día al querer innovar con sus obras como si fueran productos comerciales, haciendo ocurrencias inmediatas que se vuelven trend del momento y ya. O, por otro lado, se empeñan como filósofos en justificar sus propuestas conceptuales tan solo con palabras out of the box. Cosas tan complejas de apreciar que se olvidan de la tradición y la cultura que debería estar detrás, aquella que sustenta las obras y sus ideas. El arte contemporáneo apuesta por la transgresión y la innovación, lo cual justifica, en el mejor de los casos, su carácter creativo. Pero eso no es lo único que se le debe exigir. Justificarlo únicamente de esa forma es borrar la memoria, como si fuera una tesis en blanco sin nada más que decir. 


Desde una humildad distinta, el grabado ha sido considerado un arte menor, en parte por su soporte habitual en papel, pero sobre todo por su carácter múltiple. Sin embargo, esa misma cualidad ha contribuido al desarrollo del arte en general: ha motivado a nuevos coleccionistas a interesarse y ha permitido que jóvenes artistas se den a conocer e inicien su camino en el mercado. Es más probable que alguien que comienza a coleccionar invierta en un grabado más accesible que en una pintura sobre tela, y así también es más fácil que un artista emergente logre vender una obra a quien aún no conoce su trayectoria. Resulta curioso cómo, en realidad, el arte que ha trascendido se ha vuelto popular gracias a la reproducción gráfica.


Así, artistas y profesores se han enfilado desde sus distintas perspectivas artísticas para hacer escuela. Algunos han tocado bases con Las Jornadas y abrieron sus propios espacios como Los Ciclos Gráficos, que encabezaron Fraixa Albizu y Kristal Juan Rovira junto a Marcos de Jesús, quienes trabajaron en conjunto con sus maestros Haydée Landing, Luis Abraham Ortiz y, por supuesto, Martín García-Rivera. Ellos han permeado la propuesta cultural de estos últimos años participando como grupo en la Poligráfica y en exposiciones colectivas de grabado alternativo, como la exposición Grabado en movimiento, que se presentó en la Liga de Arte de San Juan en abril de 2025. En esa muestra, los artistas realizaron impresiones en telas al aire libre utilizando una aplanadora de carreteras como prensa en una acción performática y colectiva. Derivada de estas iniciativas que se expanden está el proyecto del Taller Comunidad La Goyco, una antigua escuela rescatada para operar como centro comunal artístico. Ahí, Yolanda Velázquez —una de las fundadoras de Las Jornadas— estableció su taller La Ciénega, impartiendo cursos y produciendo gráfica transdisciplinaria.


El colectivo Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño llevó a cabo en la primavera del 2025 la exhibición Huella Indeleble en el Museo de San Juan. (Foto suministrada por el autor)
El colectivo Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño llevó a cabo en la primavera del 2025 la exhibición Huella Indeleble en el Museo de San Juan. (Foto suministrada por el autor)

Al momento de esta publicación, el colectivo de Las Jornadas cuenta con más de 40 miembros activos, entre los que se destacan varias artistas que siempre han dicho presente incondicionalmente. La dupla homónima de Lizette Lugo —también homenajeada en 2019— y Lizette Cruz, casi fundadoras del colectivo, ha estado junto a Ada Rosa Rivera en cada etapa: impartiendo talleres, participando en ferias y colaborando en múltiples eventos. Lizette Cruz, además, desempeña un rol clave en la coordinación y los asuntos internos. También se reconoce la entrega de Haydée Landing, quien no falta a una asamblea, montaje o evento, y que fue homenajeada en 2024. Otra colaboradora muy activa es Poli Marichal, quien ha aportado grandemente dando talleres y con sus ejemplos de gráfica tradicional alterna con medios digitales.


Como parte de su misión, el colectivo lleva a cabo talleres y ferias alrededor de todo Puerto Rico. (Fotos suministradas por el autor)
Como parte de su misión, el colectivo lleva a cabo talleres y ferias alrededor de todo Puerto Rico. (Fotos suministradas por el autor)
Como parte de su misión, el colectivo lleva a cabo talleres y ferias alrededor de todo Puerto Rico. (Fotos suministradas por el autor)

La colaboración y comunicación de las mujeres es extraordinaria, tienen la capacidad de delegar estando pendientes; se apoyan sin recargar y mantienen sano el humor con ironía suspicaz en todo momento. Desde sus inicios, Ada Rosa Rivera, como presidenta, tuvo a su cargo todas las gestiones de permisos, entrevistas, papeleos y convocatorias necesarias para continuar con el proyecto. En estos últimos años, con las dimensiones que Las Jornadas ha alcanzado, también se ha contado con la gran coordinación de entrañables colegas y amigas, entre ellas Migdalia Umpierre, otra de las fundadoras quien ahora ha tomado la batuta de la presidencia del colectivo y quien ha sido clave para mantener activa toda la divulgación y seguimiento de los eventos del grupo en las redes sociales. Su lema es sumar, compartiendo toda actividad de las colegas para ampliar horizontes. Su audaz manejo de comunicación gráfica mantiene al día a los miembros y público en general. Actualmente, en el gabinete de Las Jornadas está Angélica Rivera como vicepresidenta quien, cabe mencionar, coordinó el proyecto Naturaleza Gráfica en Adjuntas; y Fraixa Albizu, como secretaria. 


Migdalia Umpierre, quien es la presidenta actual del colectivo, ha sido clave para mantener activa la divulgación y seguimiento de los eventos a través de las redes sociales. (Foto suministrada por el autor)
Migdalia Umpierre, quien es la presidenta actual del colectivo, ha sido clave para mantener activa la divulgación y seguimiento de los eventos a través de las redes sociales. (Foto suministrada por el autor)

El trabajo se ha extendido a toda la isla y el colectivo tiene sus corresponsales que responden con el mismo compromiso en varios puntos clave. Tal es el caso de Fernando Santiago, quien como profesor de grabado ha promovido de manera muy significativa la formación de artistas grabadores que han respondido a esta pasión desde el oeste. De igual forman se destacan artistas como Marcos de Jesús, Víctor Oliver, Ana Emmanuelli Rivera o Ismari Caraballo, quien corre una propuesta educativa de talleres con el Museo de Arte de Ponce. De este modo, Las Jornadas han circulado por diferentes espacios de Puerto Rico. 


Recientemente,  en colaboración con la Poligráfica 2024, el colectivo llevó el proyecto Naturaleza Gráfica a Casa Pueblo en Adjuntas, donde la cultura centralizada no llega. Esta propuesta buscaba espacios alternativos de convivencia con la naturaleza y de la gente que vive muy cerca de ella. Iniciativas estas con mucha riqueza espiritual donde de algún modo todos crecen y aprenden del otro, ya sea conociendo nuevos medios de expresión o de entender la naturaleza. Una gran iniciativa que Las Jornadas mantiene como prioridad es la misión de llevar a todos los rincones el legado de la tradición gráfica en Puerto Rico. 


El colectivo Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño llevó a cabo en la primavera del 2025 la exhibición La Huella Indeleble en el Museo de San Juan. (Foto suministrada por el autor)

El colectivo Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño llevó a cabo en la primavera del 2025 la exhibición La Huella Indeleble en el Museo de San Juan. (Foto suministrada por el autor)
El colectivo Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño llevó a cabo en la primavera del 2025 la exhibición Huella Indeleble en el Museo de San Juan. (Foto suministrada por el autor)

Otro de los eventos que marcaron la unidad del grupo fue el congreso del Southern Graphics Council International (SGCI) en Puerto Rico, cancelado por la pandemia en el 2020. Las Jornadas no fue invitada formalmente al evento y, en respuesta, se hizo una marcha de estandartes con el tema de Isla Pirata. Al terminar el performance, los estandartes fueron exhibidos en los corredores del segundo piso del Museo de las Américas. La respuesta fue tan fuerte y seria que la exposición fue llevada a Vieques, Ponce y al Museo Biblioteca Casa del Libro en el Viejo San Juan. Cinco años después las cosas cambiaron, el congreso de SGCI finalmente se llevó a cabo con el nombre de Puerto Grabando y Las Jornadas tuvo una magna exhibición en el Museo de San Juan con la exhibición Huella Indeleble. El  colectivo dedicó la muestra al artista Dennis Mario Rivera. En la exposición se le rindió un merecido homenaje por parte del congreso a su directora Ada Rosa Rivera y a todo el grupo coordinador de Las JGP. Hubo una gran interacción con todos sus miembros invitándoles a dar charlas y demostraciones a los más de 600 socios que visitaron la Isla. Algunas fueron homenajeadas, como Haydee Landing, recibiendo un reconocimiento honorable a su trayectoria y como Migdalia Umpierre quien recibió el 1er premio del Jurado de Exposición del Congreso Puertograbando 2025 por parte del SGCI.


Imagen de la apertura de la exhibición Huella Indeleble, celebrada en el Museo de Arte de San Juan en el 2025. (Fotos suministradas por el autor)
Imagen de la apertura de la exhibición Huella Indeleble, celebrada en el Museo de Arte de San Juan en el 2025. (Fotos suministradas por el autor)

La fuerza que las integrantes de Las Jornadas han desarrollado, gracias a su solidaridad y genuina labor cooperativa, las ha llevado a exponer como colectivo a través de los años en diversos espacios. En el 2022, el grupo llevó a cabo en el Museo de Arte Francisco Oller de Bayamón la exposición Graba2: Acción e Impresión, donde se exponían las matrices junto a las impresiones con una intención educativa sobre el proceso. En 2024, se expuso el proyecto Cuerpa, Cuerpe, Cuerpo en La Liga de Arte de San Juan, como parte del programa Tiznando el país, que enaltece la herencia negra de importantes personajes de Puerto Rico y que se extenderá al Museo de los Próceres en Cabo Rojo en septiembre de 2025.


Migdalia Umpierre, Yolanda Velázquez y Ada Rosa Rivera continúan trabajando con el mismo compromiso y pasión por el grabado. (Foto suministrada por el autor)
Migdalia Umpierre, Yolanda Velázquez y Ada Rosa Rivera continúan trabajando con el mismo compromiso y pasión por el grabado. (Foto suministrada por el autor)

Así continúa escribiéndose esta historia, originada por un junte entusiasta de extraordinarias mujeres apasionadas de su hacer artístico, que siguieron su norte sin cuestionarlo. Fue en abril de 2003 cuando Yolanda Velázquez invitó a Juan Valladares, director del Atelier Contrepoint de París, a venir a Puerto Rico para ofrecer un taller. También convocó a sus amigas y colegas, con quienes había compartido estudios de grabado en México. El taller se impartió en la Plaza Salvador Brau en el Viejo San Juan y, entusiasmadas con su visita, también llevaron a Valladares a conocer la Escuela de Artes Plásticas para que conociera el ambiente artístico del país. Eran esos años donde todavía la prestigiosa Bienal del Grabado de San Juan y el Caribe aún resonaba entre los grabadores del mundo. Sin embargo, en 2001 celebró su última edición antes de cambiar de rumbo y transformarse, en 2004, en la Trienal Poli/Gráfica que buscaba ampliar sus horizontes sobre el concepto de lo gráfico. 


Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño son el batón de continuidad que no quiso renunciar a esa tradición gráfica lograda con tanto orgullo, cumpliendo siempre con esa misión educativa de compromiso con el pueblo de Puerto Rico legada por la DIVEDCO y sus maestros. Las Jornadas son las mujeres haciendo Historia con bases sólidas, convencidas de su aportación a la cultura y su tiempo, dejando huella de trabajo, perseverancia y pasión.



Sobre el autor: Baruch Vergara es un artista mexicano radicado en Puerto Rico desde hace más de veinte años. Estudió Artes Plásticas en la Universidad de las Américas Puebla y completó una maestría en Estética y Arte en la Universidad Autónoma de Puebla. Vivió en Milán, Italia, donde se integró a la escena del grabado contemporáneo. Dirigió el Museo Erasto Cortés de Puebla y fue becario del FONCA Estatal en dos ocasiones. Su obra se ha expuesto en México y Puerto Rico, países en los que ha trabajado como curador y docente. Desde 2012, enseña arte en el Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.




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